El Calentamiento del Cambio - Crecer Con PNL

El Calentamiento del Cambio

Quiero dejar de hacer esto…                        Quiero cambiar…

Dos afirmaciones, con sus intenciones, pero son más bien dos pretensiones.

Pretendemos tomar un nuevo camino, se pretende realizar algo de una forma distinta… Pero no hay una afirmación inconsciente en la actitud hacia el cambio, hacia la toma de acción.

Las palabras transforman el mundo, cada palabra, cada frase que te repites tiene un impacto en la forma en que te enfrentas al mundo.

Muchos pretenden tener un cambio en su vida, pretenden mejorar y pretenden cumplir sus objetivos… ¿Pero están realmente preparados?

¿Hay que prepararse para ello?

Desde luego que sí, hay que realizar un calentamiento. Cuando vamos a tomar una acción diferente tenemos que cumplir un entrenamiento previo… salir a banda, calentar los músculos, activar el cuerpo, activar la mirada periférica, hacer explotar los músculos, llenar y permitir que la sangre fluya.

Hay que preparar a la mente inconsciente (para muchos; el subconsciente) al cambio. Si durante los últimos X años has hecho lo mismo a la misma hora y de la misma forma, tienes instalado ese programa predeterminado en tu mente, es una costumbre. Y esa constumbre, tiene una intención, tiene un para qué.

Recordemos que el fracaso, cuando aparece, cuando no se cumple el objetivo que se ha propuesto se convierte en un escollo muy importante que automáticamente se convertirá en una excusa permanente. No va a funcionar, ya lo intenté una vez….

Por ello, es necesario desde el primer momento, evitar a toda costa el fracaso, y empezar el partido del cambio en la banda, calentando, analizando cuál va a ser el rol en el campo, qué jugadas ensayadas podemos introducir cuando estemos en el campo, cuáles son nuestros compañeros de juego… y sobre todo, hacer una mirada introspectiva y sentir que estamos al 100%, dispuestos a darlo todo.

Muy bien, pero… ¿Cómo puedo calentar para el cambio?

Tienes varias formas, y todas ellas se complementan y las recomiendo…

–          Analiza la forma en que te hablas… ¿es en positivo? ¿es en negativo?

–          Analiza si utilizas muchos:

  • Me gustaría
  • Querría
  • Debería

–          Visualiza un futuro con el cambio ya realizado

–          Pregúntate:

  • ¿Estoy dispuesto a hacer X?
  • ¿Qué es lo que necesito?
  • ¿Qué es lo que ya tengo?
  • ¿Cuándo voy a conseguir X?
  • ¿Cómo sabré que he conseguido X?

–          Cuestiona tu para qué:

  • ¿Para qué voy a hacer todo esto?

¿Qué calentamiento más “extraño” no?

Recordemos que nos movemos por intenciones, todos tenemos un para qué, aunque éste no sea muy claro y se encuentre bajo capas y capas de excusas y de porqués… todos tenemos nuestro para qué, aquello que nos mueve por el mundo a través de nuestras acciones.

Y eso por ello, que antes de empezar cualquier cambio debemos pasar por el ritual del calentamiento, y así curarnos en salud ante un posible fracaso.

Y bien, ¿lo tienes?

Ahora, continuamos con la entrada al campo.

–          Cambia tu lenguaje de posibilidades y deseos

  • Me gustaría ––> VOY A HACER/CONSEGUIR X
  • Querría       –>  TENGO QUE HACER X
  • Debería      —> VOY A HACER/CONSEGUIR X / TENGO QUE HACER X

–          Cambia tu forma de hablarte a ti mismo

  • No lo veo claro…. àQué puedo hacer para verlo claro
  • Quizá si…àQué pasaría si lo consiguiera/haría
  • Lo he hecho malàHe aprendido X / ¿Qué es lo que he aprendido para hacerlo diferente?

–          Pon fecha a tus logros

  • Cuándo
  • Cómo
  • Dónde
  • Cómo lo sabré

–          Prepárate

  • ¿Qué pasará cuando lo logre?
  • ¿Qué no pasará cuando lo logre?
  • ¿Qué no pasará si no lo logro?
  • ¿Qué no pasará si no lo logro?

Ahora, y solamente ahora que lo tienes bajo control, estás preparado para salir al campo… Ya tienes tu motivación, tu para qué, conoces todo lo que necesitas y estás preparado para la adversidad, has aumentado tu autoconocimiento… Ahora sólo depende de ti, de tu actitud y de no perder de vista tu objetivo, tu cambio, tus resultados deseados.

Ricardo Robalino

 

Deja un comentario